Ante una crisis tan aguda todos debemos arrimar el hombro, poner nuestro granito de arena. Lo primero es lanzar ideas para solucionarla. Yo voy a aportar una: comámonos a los viejos. A grandes males, grandes remedios. Ojo, la solución no es mía, es de Paulin Gagné.
De 1809 a 1814, unos 11.200 prisioneros de guerra del ejército napoleónico Sufrieron lo que se conoció como «El cautiverio de Cabrera» , en uno de los episodios más negros y menos conocidos de la historia de nuestro país.
Miles de personas fueron encerradas hasta morir en una pequeña isla sin nada qué comer y apenas agua dulce, una cárcel sin vallas porque entre los acantilados y las corrientes no eran necesarias. Al final quedaron unos poco más de 4.000 esqueletos vivientes que a su regreso a Francia contribuyeron, muy a su pesar, a aumentar la famosa leyenda negra sobre España; muchas veces, como en ésta ocasión, ganada a pulso. Un episodio que fue nuestro Guantánamo.