Hoy es 20 de febrero, otra vez. Otro 20 de febrero, hace 19 años, fue sin duda uno de los mejores días de mi vida. Un día en que tomé la mejor decisión que pueda recordar, y la tomé como se toman las mejores decisiones en la vida: sin conciencia de que lo era, sin depender de mí y sin saber adónde me llevaría. En estos años ha habido momentos malos, y vendrán otros, pero cada día tengo un poco más claro que aquello fue mucho más que un golpe de suerte.
No voy a comparar lo de hoy con aquello, pero me gusta que sea otro 20 de febrero cuando empiece esta aventura que no se adónde me llevará. Tal vez acabe pronto en un callejón sin salida, tal vez dure mucho y me lleve por soleadas avenidas. No lo se y tampoco quisiera saberlo. Ya se verá, paso a paso. Se hace camino al andar, como dijo el poeta.
Todos los augurios son buenos. El parto, la tarde anterior, plácido y rodeado de amigos.
Es solo el primer paso, pero de momento la cosa va bien. No pido más.