Descubierto en documentos secretos y denunciado en exclusiva en el Münchener Post, en diciembre de 1931: “Para la solución final de la cuestión judía (Endlösung der Judenfrage) se propone utilizar a los judíos en Alemania para el trabajo esclavo o para el cultivo de los pantanos alemanes administrados por una división SS especial”.
Repito la fecha por si se les pasó por alto: diciembre de 1931.
Hitler y el nazismo no nacen en Auschwitz. No brotan repentinamente para perpetrar uno de los mayores horrores de la historia. Hasta llegar allí recorren un largo camino. Y, aunque la “solución final” era un asunto que se llevaba de forma discreta, las señales estaban ahí.
Hubo gente que las vio. Por ejemplo, en Munich un pequeño grupo de valientes periodistas lo publicó mientras pudo: era el Münchener Post.