Formoso fue el papa número 111 y ejerció su pontificando durante 5 años (septiembre de 891– abril de 896). Su etapa al mando de la iglesia romana fue convulso, que en aquellos tiempos es como no decir nada: entre 872 y 965 hubo nada menos que 24 papas, una profesión de alto riesgo.
Pero Formoso pasa a la historia no tanto por las dificultades durante su pontificado como por el juicio al que se le somete en 897. O sea, cuando ya llevaba 9 meses muerto.
Eso, por sí solo, tampoco es tan raro, lo curioso es que dicho juicio se celebra con el papa Formoso de cuerpo presente. Fue el llamado Concilio CadavéricooJuicio del Cadáver. En latín me gusta aun más: Synodus Horrenda.
Todos necesitamos certezas. Por estos pagos, tras siglos de depositar nuestras certezas en “dios y la verdadera religión”, la mayoría hemos decidido confiarlas a la ciencia. Así se convierte a La Ciencia en algo que no es: una prueba de verdad absoluta. Y eso también puede ser peligroso ya que las verdades científicas siempre son relativas.
No se espanten, no voy a hablar de paraciencias, debate de moda en Internet. En realidad quiero contar la historia de Keith Allen Harward, un crimen, una violación y la ciencia forense.
El 15 de abril de 1989 era día de fiesta en Sheffield. La federación inglesa había decidido que el campo de fútbol de Hillsborough sería el escenario de una semifinal de Copa entre el Liverpool y el Notthingam Forest. Unos 50.000 aficionados acudieron a ver el espectáculo.
He visto en la tele Bernie (Richard Linklater, 2011), una magnífica película basada en la historia real de Bernie Tiede.
Linklater cuenta la historia a modo de falso documental lleno de humor negro con toques surrealistas y situaciones al límite de lo creíble. Probablemente la manera más acertada de contar un historia real con toques surrealistas y situaciones al límite de lo creíble.
Vean la peli, yo les contaré la historia real. Seguir leyendo Bernie Tiede, nuestro querido asesino→
Este es un post de urgencia, solo para decirles que si tienen la oportunidad y un estómago resistente para historias jodidas como la vida misma, no se pierdan Making a Murderer.
No es una película, sino una serie documental de 10 capítulos, pero más adictiva que la mayoría de ficciones que he visto últimamente. Un documental sobre la historia de Steven Avery con un mensaje muy potente y contado de tal forma que tienes que seguir viéndolo hasta el final.
No suelo hablar de series en este blog porque a mí me resulta muy difícil hacerlo sin espoilers, supongo que hay que tener un talento especial para ello. Pero Making a murderer es de esas series de las que necesitas hablar recién las acabas, una historia que tienes contarle a todo el mundo, aunque solo sea para desprenderte de esa malla pegajosa de desazón que deja en tu visión del mundo civilizado. Y por lo que veo no soy el único, tras su estreno en Netflix habla de ella hasta el presidente Obama. Seguir leyendo Making a murderer, el poder incontrolable→
Estamos en 1920 y Grace Fryer todavía no sabe que es una más de las chicas del radio (The Radium Girls). Se gana la vida trabajando en una fábrica en Nueva Jersey, la US Radium. La Primera Guerra Mundial ha incorporado a numerosas mujeres al trabajo en las fábricas.
El de Fryer y sus 70 compañeras consiste en pintar las esferas de los relojes con una pintura especial que los hace luminiscentes en la oscuridad. Un avance técnico incorporado por el ejército estadounidense en la Gran Guerra que, tras la misma, está teniendo un gran éxito comercial.
El negocio va sobre ruedas para la empresa. Para ellas será una pesadilla mortal. Y no es una forma de hablar.