Empiezo a escribir esto minutos antes de que empiece en España la huelga general convocada para hoy 29 de marzo. Así que empezaré el día trabajando, pero son servicios mínimos que he pactado conmigo mismo. Soy un tipo flexible.
El caso es que me apetecía recoger un día como hoy en el blog, un día espero que histórico. No porque vayan a pasar cosas espectaculares a cada minuto, eso solo ocurre en las películas americanas que, aunque muchos no lo crean, no son la vida real. Pero sí espero que sea un punto de inflexión, o el canto del cisne. En todo caso algo para recordar en unos años como un grito de dignidad ante el panorama sombrío que se cierne sobre asalariados y clases bajas.
Se trata de la reforma laboral, pero también de mucho más que eso. Se trata de seguir aumentando la brecha entre pobres (con trabajo o sin él, pero pobres) y ricos, con lo que los pobres son cada vez más pobres y los ricos acumulan más dinero. Y más dinero es más poder, para eso sirve al fin y al cabo, no para otra cosa. Si quieren datos pueden pinchar aquí.
Los ricos tienen el dinero suficiente para contratar expertos y comunicadores que presenten un modelo que nos devuelve al siglo XIX (soy un moderado, otros hablan de la Edad Media) como el colmo de la modernidad. El caso es que aprovechan el robo sistemático de los bancos y la burbuja inmobiliaria para decirnos que la culpa es nuestra y eliminar derechos (un peldaño por encima del esclavismo ellos les llaman privilegios) que se habían conseguido durante años de luchas y tras salir de una guerra mundial devastadora en Europa. El atraco perfecto, muchas gracias por robarme porque me da la ocasión de reinventarme a mí mismo.
A los que piensen que hablar de ricos y pobres también es algo demodé, no tengo nada que decirles. Bueno, sí, que es mu tonto. Lea un poco, lea.