Septiembre de 1950. Los médicos del Stanford University Hospital de San Francisco no tienen ni idea de qué diablos es la Operación Sea-Spray. Nunca oyeron hablar de algo así, pero están alarmados por los once ingresos por infecciones del tracto urinario. No son muy graves, pero el número, así de golpe, no es normal.
Uno de los enfermos –en post operatorio por cirugía– fallece porque la infección se traslada a las válvulas del corazón. Analizan y rápidamente dan con el causante. En sus placas de Petri descubren el color rojo del bacilo Serratia Marcescens en unas cantidades insólitas. Es el primer brote registrado de Serratia en la historia de la microbiología.
Es un epidemia, pero los médicos desconocen el origen de esta ‘invasión’. Solo años después se sabrá que la bahía de San Francisco había sufrido un ataque de guerra bacteriológica. La Operación Sea-Spray.