Esta entrada vuelve a ser una de esas de desahogo. Lo siento, no todas van a ser historias interesantes. El sueño de la razón produce monstruos, tituló Goya uno de sus Caprichos. Una mirada lúcida y genial a un páramo de incultura, egoísmo, fanatismo y barbarie. Una España que lleva siglos pareciéndose demasiado a sí misma mientras bailamos alrededor de la hoguera. De vez en cuando el hedor es tan fuerte que llega hasta las plazas de toros, los campos de fútbol o Telecinco. Quizás estamos en uno de esos días.
El sueño de una sanidad y educación de calidad está desaguando por alcantarillas que llegan hasta ‘bancos malos’, paga y no preguntes. El sueño de justicia mira fijamente a Krahe y se pone la venda con expresidentes autonómicos o atilas financieros. Cuando Dívar, alias El Findes, se va de hoteles de lujo (perdón, de 4 estrellas) invitado por el contribuyente y en su defensa alega que él pagaba algunas de las cenas, vuelve a recobrar sentido una vez más aquello de que “la justicia vale menos que el orín de los perros”. El sueño de una administración eficaz reparte pelotazos millonarios con la excusa de hacer carreteras innecesarias o aeropuertos absurdos. El sueño de unos medios corporativos altavoces de sus amos que, como no pueden explicar lo inexplicable, tiran balones fuera con La Roja y los vídeos de youtube. Eso los serios, otros ya son caricaturas que compiten en el quiosco directamente con El Jueves, con perdón para El Jueves. Hay que rebuscar en la basura para encontrar algún The Wire (la realidad ha dejado muy light a Crematorio) que nos haga la fotografía de lo que está pasando de verdad fuera de la sala de estar.
Y lo más triste es que lo antes mencionado es solo una pequeña muestra. No hay blog para tanto chorizo.
Seguir leyendo No hay blog para tanto chorizo (y hay gente que no lo merece)