Con la actualidad llena de gente pequeña entrando y saliendo de los juzgados y la cárcel, mala gente que según el poeta “camina y va apestando la tierra”, me vuelvo a refugiar en el cine para quitar ese mal olor. Aunque por seguir en el tema, la entrada de hoy es de una peli de cárceles, que siempre me han gustado.
Como subgénero del cine negro, el cine carcelario ha alcanzado algunos títulos que por derecho han pasado a la historia del cine. Stuart Rosenberg ha dirigido dos muy buenas: la estupenda Brubaker (1980), con Robert Redford y, si me permiten, la aún mejor Cool Hand Luke (1967) con Paul Newman, llamada en España La leyenda del indomable.  Magnífica.

La película empieza con Paul Newman totalmente borracho, destrozando parquímetros en plena noche. Luego sabremos que se llama Luke Jackson, que le apodan Cool Hand, y que es un héroe de guerra. Por tan grave delito acaba en un penal, castigado a trabajos forzados. Ni rastro de un compasivo fiscal que lo defienda del atropello judicial, así son los yanquis. La vida en el penal, rodeado de compañeros con delitos más graves, es muy dura y los castigos frecuentes. Pero la voluntad de Luke por seguir sintiéndose libre es aún más fuerte, tanto que resiste y supera todas las pruebas, hasta la última, sin perder la sonrisa.
La escena de esta película que ha pasado a la historia del cine es la de la apuesta de los huevos. Pero la que a mí me gusta es la del combate de boxeo, por llamarlo de alguna manera.  El líder de los presos se llama Dragline (George Kennedy), una mole que le saca unos cuantos palmos a Luke. Pero Luke no está dispuesto a respetar ninguna autoridad impuesta, tampoco la de otro preso. El enfrentamiento entre ambos acaba en un improvisado combate de boxeo. El resto de los presos hacen un círculo, más atrás los guardianes observan. Es una pelea limpia en la que se respetan en todo momento.
Lo primero que vemos es un guante que nos golpea en la cara, es el puño de Drag que tumba de un golpe a Luke.

Justo cuando éste se levanta del suelo otro golpe lo vuelve a tumbar.  Los ‘espectadores’ no paran de gritar y vitorear. Luke intenta algunos golpes, apenas nada, mientras Drag lo derriba una y otra vez.

Desde lejos los guardias miran, ‘el poder’ observa cómo se pelean los presos, mientras ellos gozan del espectáculo. Todo está bajo control. Más tarde empezará a preocuparles la actitud de Luke, este chico nuevo les puede crear problemas, no se comporta como debería hacerlo un preso.

Nuevo golpe y cuando está en el suelo hay un plano muy expresivo en el que Luke observa las cadenas en los pies de uno de los presos del corro. Eso le da fuerzas para volverse a levantar: mientras pelea, él no las lleva.Y sigue siendo vapuleado. Es mi momento favorito, el griterío calla, los rostros cambian de expresión: ya no es divertido. Rosenberg nos muestra a nosotros, son nuestras caras. Sentimos el dolor y guardamos un silencio respetuoso.

Drag: – Ríndete, ya no puedes más

Luke: – Tendrás que matarme

Hasta Drag empieza a estar incómodo. Lo carga en la espalda y lo deposita, casi con ternura, en el suelo, pero Luke lanza otro golpe, sin fuerzas, como si fuera de trapo. Sigue en la pelea a pesar de todo. Lo que podría parecer ridículo, en realidad es heroico, la línea que separa ambas cosas es en ocasiones muy fina
Cuando por enésima vez Newman vuelve a levantarse, Drag comprende que ha perdido. Es él el que se retira y Luke se queda con el cuerpo lleno de tierra, la cara ensangrentada y tambaleándose, pero de pie, en medio del círculo, con la dignidad intacta. Luke se acaba de ganar el respeto de su oponente y del resto de presos.
En la realización predominan los planos medios y cortos, lógicos para mostrar un enfrentamiento cuerpo a cuerpo y aumentar el dramatismo. Pero hay planos generales de gran fuerza expresiva, como éste. Épico.
Luke sabe desde el principio que le van vapulear, pero para él eso es secundario. A veces se presentan ocasiones, tanto personal como colectivamente, en las que sabemos que nos van a dar una paliza. En esas ocasiones la victoria está en enfrentarse a ella y resistir en pie mientras se pueda, mantener el respeto por uno mismo.
Hay muchas maneras de ganar una pelea. Esta es una de ellas.

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