Deutsche Bank, muertos

Deutsche Bank, ¿susto o muerte?

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En el Deutsche Bank, el mayor banco alemán, se apostaba por la muerte. Con ello no quiero decir que participara de manera directa o indirecta en operaciones de tráfico de armas o de drogas, dios me libre, estoy seguro de que eso no ocurre. Me refiero a la noticia que esta semana ha publicado el diario Frankfurter Allgemeine y que ha sido recogida por varios medios españoles.

El Deutsche Bank creó unos fondos llamados DB Life Kompass (1, 2 y 3, invierta otra vez) en el cuál los clientes apostaban por la esperanza de vida de unos conejillos de indias anónimos. La apuesta se basaba en una estadística sobre esperanza de vida de unos 500 norteamericanos de entre 70 y 90 años. Si el paciente moría prematuramente (antes de lo que indicaba la estadística) el cliente ganaba, si vivía más, ganaba el banco. Todo un detalle por parte del DB no hacerlo al contrario; visto lo visto, no es tan evidente.

Las diferentes emisiones de este producto financiero han captado hasta ahora unos 200 millones de euros.

Según el noticiario televisivo cuya cadena ya no recuerdo (sí recuerdo que luego pusieron unos vídeos de primera, así que pudo ser cualquiera de ellos) la primera emisión se canceló en 2008, año en el que por primera vez la esperanza de vida de los estadounidenses dejó de crecer, malo para el banco. Y el caso se destapa ahora porque un abogado de Hamburgo, Tilman Langer, ha solicitado un  proceso de arbitraje al defensor del consumidor de la Asociación de Bancos Alemanes (DBD). Langer no protesta porque le parezca obsceno el tipo de apuesta (el abogado representa a un grupo de 30 inversores que preferían muerte a susto) sino porque alega que el banco usaba unas tablas de esperanza de vida obsoletas que perjudicaban a los inversores. O sea, que se apostaba a muerte con las cartas marcadas. Esos malditos viejos yanquis no se morían cuando tocaba ¡Qué falta de ética! claman los inversores.

Para simplificar las cosas. Uno mira la publicidad del banco en cuestión y ve cielos limpios y azules con campos mecidos por el viento, niños sonrientes, sonrosados y sostenibles y hermosas jóvenes de diferentes colores que llevan escrito en la frente varios futuros esperanzadores a la vez. Pero luego lee la noticia y lo que le viene a la mente es una noche en un parking de un polígono industrial; oculto tras un camión, un tipo con una gorra del Deutsche Bank tira los dados mientras otros, también de dudosa reputación, lo rodean excitados sin esperar que los dados puedan estar trucados, que eso está por probarse.

Moral emprendedora

Con esta moral de pobre que uno arrastra de sus padres todo esto del Life Kompass parece un despropósito que es, cuanto menos, de dudoso gusto. Aunque no todo el mundo tiene esa visión tan poco emprendedora ya que hay gente que no ve ningún problema moral en las apuestas. El presidente de la Asociación de Seguros de Vida Secundaria Alemana (BVZL), Christian Seidl, considera que “el modelo de negocio de dicho fondo es, en nuestra opinión, moralmente aceptable. De lo contrario, podríamos inferir que cualquier compañía de seguros de pensiones se beneficia de la muerte temprana de los asegurados.” No creo que esto sea lo mismo que un plan de pensiones, pero seguro que, dedicándose al negocio de los seguros, ellos saben más de moralidad y de ética.

Josef Ackermann (febrero 2011) ante la falta de mujeres en su consejo: «Con más mujeres en el consejo de administración, el panorama será más colorido y bonito». No tiene nada que ver con el tema, pero no podía dejarlo pasar.

En el fondo no deja de ser una representación, si quieren una caricatura, del sistema que nos gobierna. Hasta hace poco, los profanos pensábamos que el mundo financiero se basaba en la ciencia económica. Unos señores sabios dirigían la economía en beneficio propio (profano no significa gilipollas) pero basándose en criterios racionales que, por el camino, generaban riqueza para la sociedad. Los bancos engrasaban la industria, se fabricaban cosas y así la mayoría (no todos) podíamos producir y comprar. Pero ahora vemos que de un tiempo a esta parte no ha sido así ni por asomo. Los mercados no son más que un casino donde se apuesta a lo que sea menos a generar riqueza y empleo. Ya no nos extrañaría que el próximo fondo de inversión apostara por el lugar del mundo en el que ocurrirá la siguiente catástrofe natural, con una tabla en la que puedas arriesgar un poco más acercándote al número oficial de muertos: El muerto justo y a jugaaaar. Con la salvedad de que no puedes estar seguro de que el número oficial de muertos no esté falsificado en beneficio de la entidad financiera. ¿Hubieron apuestas sobre la famosa y fallida gripe porcina? Eso podría explicar algunas cosas.

Y para acabar, uno de mis temas preferidos: los nombres que se le ponen a estas cosas. Son bonitos pero confusos.  Al bombardeo y conquista de un país se le llamó “Operación Libertad Duradera” cuando era más “Cágate morito” y a estos fondos se les llamaba “Brújula de vida”. No me gusta presumir pero yo propongo algo más claro y más adecuado: “El muerto al hoyo y el vivo al bollo”.

Les cedo los derechos para la próxima emisión, Deutsche Bank Über Alles.

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Un comentario sobre “Deutsche Bank, ¿susto o muerte?”

  1. He visto en al menos dos pelis carcelarias que los reclusos se apuestan la pasta a ver quien es el primero de los novatos que se mata.

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