Parkhurst,Charley Parkhurst,Charley El Tuerto,Dilitencias,Salvaje Oeste,Far West,Wild West,Fiebre del Oro,mujeres silenciadas,mujeres,feminismo,igualdad, Six-Horse Charley

Charley Parkhurst, una leyenda del Far West

Tiempo lectura: 5 Tiempo lectura: 5

 

Charlye Parkhurst se había hecho famoso como conductor de diligencias. Parecía salido de un casting: de baja estatura, gran bebedor de whisky, fumador y masticador de tabaco, que seguro escupía por un colmillo. El cuadro se completaba con un parche negro en un ojo que le había dado uno de sus apodos: Charley “El Tuerto” (One Eyed Charley). 

Conducir una diligencia en el Far West en plena fiebre del oro no era tarea fácil. Era una labor solo al alcance de hombres habilidosos y duros como el pedernal. Charley Parkhurst, un hombre respetado y admirado, tenía fama de ambas cosas.

Y seguramente tenían razón. Pero cuando Charley murió se dieron cuenta de que no era la clase de hombre que ellos pensaron. Les había engañado a todos. 

Charley era una mujer. 

El Salvaje Oeste es un territorio fronterizo entre la realidad y la leyenda, y la vida de Parkhurst (1812-1879) no es una excepción, aunque sí se conocen unos cuantos datos contrastados. Voy a ceñirme a lo que parece probado, pero no les ahorraré esas pinceladas de leyenda que tanto nos gustan. 

Charlotte se convierte en Charley

Se sabe que nació en Lebanon, New Hampshire, en 1812 y que su nombre real era Charlotte Darkey Parkhurst. Abandonada por sus padres, creció en un orfanato, del que no sabemos si salió de allí ya “disfrazada” de chico. Lo que sí está probado es que fue a parar a Worcester (Massachusetts), al negocio de caballos regentado por Ebenezer Balch. 

Allí fregó suelos, carruajes, establos y lo que se terciara. Y se enamoró para siempre de los caballos, aprendiendo todo sobre ellos. Se desconoce si el señor Balch supo que era una chica, el caso es que a partir de ese momento, al menos ante el mundo, Charlotte se transmuta en Charley, un tipo bajito y fornido, con ropa ancha y modales rudos. 

Charley Parkhurst, Charlotte Parkhurst,libro infantil,mujeres,igualdad,diligencia,far west
Libro infantil ilustrado sobre Charley. Autora, Verla Kay; Ilustrador Adam Gustavson.

Con el tiempo se añadieron guantes gruesos de ante –tanto en invierno como en verano– para disimular unas manos femeninas, un sombrero de ala ancha y un parche para ocultar el ojo izquierdo,  pateado, al parecer, por un caballo asustado. Remata la estampa su afición al whisky, a mascar tabaco y a blasfemar. La único que no cuadraba con el arquetipo era su voz fina y su gusto por los niños. 

Balch le enseñó a conducir diligencias, de dos, cuatro y hasta seis caballos. Una disciplina complicada que precisa tanto de maña como de fuerza. Con el tiempo, otro de los apodos de Parkhurst será «Six Horse Charlie. 

Algunos historiadores debaten sobre si hoy día Parkhurst se hubiera mostrado como lesbiana, bisexual o transgénero, algo que en aquellos tiempos no solo suponía un descrédito social absoluto, sino que además era delito. Pero hay quienes piensan que se hizo pasar por hombre simplemente para poder trabajar en lo que le apasionaba, un terreno totalmente vedado a las mujeres. No es la primera (ni será la última) vez que nos encontramos con algo parecido en este blog

Charley Parkhurst se va al Oeste

Charley ya se ha labrado cierta fama como instructor de diligencias cuando a finales de 1840 se inicia la Fiebre del Oro en California. En 1851 coge un barco desde Boston hasta Panamá y de allí a San Francisco. No llega cegada por el oro, por ese sueño de dar un vuelco a tu vida de pobre que solía acabar en pesadilla. Su ambición, que no es poca, es conducir las diligencias que transportan oro y pasajeros por la región. 

A pesar de la multitud de aspirantes para ese trabajo, pronto sus cualidades son valoradas y Parkhurst consigue conducir para compañías como California Stage Company o la Wells Fargo. 

Six-Horse Stagecoach, diligencia 6 caballos, Far West, Charley Parkhurst
Diligencia de 6 caballos en Isla Catalina, California

Es un trabajo duro y peligroso. Las rutas, terreno de frontera, están salpicadas por caminos estrechos de montaña, riscos terroríficos y curvas imposibles tras las que pueden esconderse bandidos que prefieren arriesgarse a robar el oro antes que rastrearlo sin descanso en un río. 

Empieza la leyenda

La reputación de Charley “El Tuerto” se extiende, considerándolo uno de los más fiables conductores de diligencia de California. Esforzado y  valiente como nadie, pero nunca temerario como tantos otros que se despeñaron. Un seguro para transportar mercancías valiosas. 

De la admiración por su profesionalidad empezaron a surgir las leyendas sobre su fiabilidad y su habilidad en la conducción. 

Sobre lo primero, se cuenta que la Wells Fargo la envió una vez con un cargamento de oro nada menos que a Nueva York, donde lo entregó sin percance alguno. 

Diligencias, Wellas Fargo, Salvaje Oeste, Far West, fiebre del oro, California, Estados Unidos
Diseño de Siegle+Gale para Wells Fargo.

También circulan historias sobre su maestría con el látigo, capaz de quitarle una mosca a un caballo del lomo sin tocar al animal, o de arrancar el cigarro de la boca de un hombre a 15 pasos de distancia. Otra de las historias nos cuenta cómo fue capaz de atravesar, con la diligencia repleta de pasajeros, un río en plena inundación justo instantes antes de que el puente se derrumbara a su espalda. 

También se narran enfrentamientos a tiros con atracadores, de los que salió victoriosa, sin entregar el botín. 

Aunque ninguna de esas historias puede ser confirmada, reflejan el respeto que se ganó Parkhurst recorriendo durante años las rutas de San Francisco a San José, San José a Watsonville, y entre Santa Cruz y Watsonville.

Pionera del voto en California

Otra de las leyendas, petrificada en su lápida, nos la presenta como la primera mujer que votó en California… 50 años antes de que se permitiera el voto femenino en Estados Unidos. 

Charley Darkey Pankhurst, Charlotte Pankhurst, One-eyed Charley, Charley El Tuerto, Diligencias
Lápida de Charley Darkey Pankhurst donde aparece como primera mujer votante.

Lo cierto es que sí hay prueba documental de su inscripción –como hombre con derecho al voto– en el registro de votantes del condado de Santa Cruz, el 25 de abril de 1867. Pero se desconoce si votó en aquellas presidenciales, un año después, entre Horatio Seymour y el general Ulysses S. Grant. 

A mí me gusta pensar que sí lo hizo, con una enorme y enigmática sonrisa bajo su parche. 

Retiro y sorpresa 

En 1870 Parkhurst se retira de las diligencias. La edad, su ciática y la expansión del ferrocarril acabaron con su vida sobre cuatro ruedas. Junto a su amigo Frank Woodward abrió un salón con estación para el cambio de caballos en la carretera entre Santa Cruz y Watsonville.

Parkhurst conocía a Woodward desde hacía más de 20 años y era Frank quien cuidaba de su granja mientras ella andaba por los caminos. Y también fue él quien la acompañó y cuidó hasta su muerte a causa de un cáncer, el 28 de diciembre de 1879.

recorte prens, mujer vestida de hombre

Dicen que Frank se quedó de piedra al descubrir el secreto de Charlotte. Hay quien explica que al contemplar el cadáver desnudo se dieron cuenta de que Charlotte, en algún momento de su vida, había dado a luz. 

También cuentan que al abrir un baúl que Charlotte siempre había tenido bajo llave encontraron un vestido rojo y un par de zapatos de bebé.  

Quizás todo esto no sean más que leyendas. Lo que sí es cierto es que ese 28 de diciembre –vaya casualidad– el Far West descubrió que uno de los tipos más duros de California, uno de los mejores conductores de diligencias del estado, nada menos que «Six Horse Charlie”, era una mujer. Ole por Charlotte. 

Charley Parkhurst, CHarlotte Parkhurts, mujeres Oeste, mujeres Far West, mujeres, diligencias, california, fiebre del oro, gold rush

Posts relacionados:

  • 10000
    Las dos muertes de Cynthia Ann ParkerEn 1836, Cynthia Ann Parker, de 9 años, vive en una granja de Texas. Su familia es masacrada y ella raptada por los comanches. Vive 25 años con ellos como una más, crea un familia. En 1860, en nueva matanza,…
  • 10000
    De traders y tahuresLa bebida, la prostitución y el juego eran un sector de la economía en sí mismos. Dice Gregorio Doval en su libro: “Entre 1850 y 1880, el jugador profesional se situó entre la aristocracia de la sociedad del Oeste. En…
  • 10000
    La Mansión WinchesterHan sido días de darle vueltas en mi cabeza a varias noticias terribles, cómo no. Por un lado el estudio  de la Fundación La Caixa, con perdón, que dice que la pobreza extrema ya afecta a más de 2 millones de…
  • 10000
    Anza, el western pendienteEra la mañana del 7 de septiembre de 1779, en pleno territorio comanche, en lo que hoy es el estado de Colorado. El orgulloso jefe Cuerno Verde se había visto sorprendido por el hombre blanco que, rodeándolo, lo había atacado por la…

3 comentarios sobre “Charley Parkhurst, una leyenda del Far West”

  1. insostenible es el comentario de charley parkhust de que quizás hoy en dia se la hubiera dicho que era lesbiana bisexual o transgenero.
    que asco de machismo camuflado.
    que tendrá que ver la orientación sexual con la capacidad,so pedante?

    1. Hola Nuria. Siento que te haya molestado el párrafo, sobre todo porque no quiere decir lo que tu has entendido, me expliqué mal. Lo que quería decir, recogiendo opiniones diferentes en los artículos que hablaban del tema, es que había dos teorías. Por una parte quienes creían que Charley estuvo metida en el armario, ocultando una identidad sexual que en aquel tiempo y aquel lugar -y en mucho lugares también ahora mismo- no podía expresarse libremente. Lo que es una tragedia muy repetida en la historia, una pena que quería señalar y que aparece en otros artículos del blog. Y luego quienes piensan que no, que con la identidad sexual solucionada, simplemente le gustaba vestir de esa manera y vivir como vivió.
      Era eso lo que quería decir. La relación de eso con su capacidad, ampliamente reconocida en el post, la encuentras tú, yo sigo sin verla en el texto.
      Gracias por el comentario, sobre todo porque me sirve para aclarar algo que pudiera estar mal expresado.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.