Círculos de costura en Hollywood

Tiempo lectura: 4 Tiempo lectura: 4

¿Se imaginan a Greta Garbo o Joan Cawford compartiendo patrones para hacer calceta o petit point? ¿Las ven, a ellas y otras actrices del Hollywood de los 20 y 30 entre ovillos de lana, agujas y demás material DIY en los llamados círculos de costura? ¿Las imaginan pasando  el rato  hablando de sus cosas mientras cosen algo que poner sobre la mesa del salón o regalar a un sobrino?

¿A que no?

Hay algo que no encaja. Convendrán que una mansión de Hollywood no es el lugar más apropiado para ese tipo de actividades. ¿Dónde queda el glamour y el misterio de estrellas como Marlene Dietrich o Barbara Stanwyck enfrascadas con el punto yugoslavo?

joan crawford,clubs costura,círculos de costura,hollywood babilonia¿Sería por eso que el Círculo de Costura (Sewing Circle), que es como se llamaba, se movía fuera de los focos y las afiladas plumas de los reporteros de sociedad?

Las reuniones eran casi secretas  y no se invitaba a cualquiera, solo a mujeres con ganas de  vivir una experiencia interesante. Mujeres sobre todo discretas, ya que lo que se hacía en dichos círculos no podía trascender. Y no era coser, precisamente.

No eran orgías

Pero tampoco vayan a imaginar –o sí, eso es cosa suya– aquelarres pasados de vueltas.  Los círculos de costura no eran más que fiestas privadas exclusivas para lesbianas, bisexuales o mujeres que, simplemente, querían experimentar cosas nuevas.

Más que orgías, se trataba de encontrar un lugar sin miradas indiscretas para relacionarse libremente y comportarse relajadamente, tal como les apeteciera. A salvo, sobre todo, de las plumas más venenosas del periodismo hollywoodiense.
nazimova,salomé,clubs costura,círculos costura,LGTBI,homsexualesEl nombre de Círculos de Costura se atribuye a Alla Nazimova, una actriz famosa en los tiempos del cine mudo cuya bisexualidad era un secreto a gritos en el ambiente. En 1923 produce y protagoniza la película muda Salomé, basada en la obra de Oscar Wilde. El rumor en Hollywood, no confirmado, es que por expreso deseo de Nazimova, ser gay, lesbiana o bisexual era un requisito indispensable para trabajar en dicha película.

Lo que sí parece contrastado es que las primeras reuniones del Círculo de Costura tuvieron lugar en El Jardín de Alá, el palacete de estilo español que se compró Nazimova cuando se mudó a California. Pero a partir de ahí, el resto de lo que se cuenta queda en ese reino imaginario de Hollywood, lugar edificado por arquitectos del marketing sobre efectos especiales.

jardín de alá,nazimova,lesbianas en hollywood clásico

Mitos y leyendas

Se compara a la mexicana Dolores del Río, cuya casa también fue sede de los círculos, con Rodolfo Valentino, por todas las chicas que se levantaba en esas fiestas. Se habla de las asiduas visitas de Ava Gardner, Barbara Stanwick o Tallulah Bankhead, de las agrias peleas entre Greta Garbo y Marlene Dietrich por ligarse a las mismas chicas, o de aquella vez en la que Joan Crawford apareció en la fiesta únicamente vestida con pintura dorada, pintura que acabó de alguna manera en Talulah Bankhead; cuya obsesión, cuentan, eran las señoritas vestidas de sirvientas.

DietrichGarboVanity-Fair
Marlene Dietrich y Greta Garbo en Vanity Fair

En el ambiente artístico estadounidense, tanto en el Este como en el Oeste, los gustos sexuales de cada cual no suponían nada más grave que ser motivo de cotilleo. El cotilleo estaba, por supuesto, pero sin salirse de madre.

Aunque a veces, tanto en películas como en prensa, se dejaba caer algún doble sentido, alguna insinuación, como cuando Vanity Fair en 1932 publicó fotos de Garbo y Dietrich con un pie que decía “miembros del mismo club”.

La legión de la decencia y las bodas lilas

Pero los rumores no iban más allá, se trataba el asunto de forma muy discreta para no estropear el negocio. Desde los años 20 los eternos guardianes de la moral habían puesto su mirada en Hollywood. La enorme capacidad del cine para propagar ideas o conductas no había pasado por alto y la Iglesia Católica, a través de la Legión de la Decencia (1933), ataba en corto a la industria cinematográfica.

Por eso, aunque las productoras no se metían demasiado en las vidas privadas de sus estrellas, éstas tenían prohibido por contrato mostrar su homosexualidad o cualquier conducta considerada indecente. Cualquier desliz significaba tarjeta roja y expulsión del edén.


En ocasiones, para salvar el negocio (nadie quiere degollar a la gallina de los huevos de oro) se organizaba lo que se conocía como una boda lila, (lavender marriage). Cuando los rumores sobre la homosexualidad de alguien se hacían demasiado ruidosos se le concertaba una boda que sirviera como tapadera.

Un caso típico de boda lila fue la de Marlene Dietrich con Rudolf Sieber, un matrimonio que duró toda la vida mientras ambos llevaban vidas sentimentales y sexuales separadas. Como diría María, la hija de ambos, ella creció con «Tami, la amante de papá», y con «la novia de mamá».  Bueno, en el caso de mamá, novia o novio, ya que la lista de amantes que se le atribuye es extensa: desde María Félix o Mercedes de Acosta a Von Stemberg y John Wayne.

Porque en estas bodas concertadas a veces los dos eran homosexuales, a veces solo uno de ellos, a veces bisexuales. En fin, eso era cosa suya. El caso es que así ambos quedaban investidos de pareja como dios manda y seguían con su vida, cada uno por su lado. Eso sí, con mucha discreción, en pequeños círculos como el que nos ocupa. Y así la decencia salvada.

Pero ¿qué necesidad y cuánta energía desperdiciada, verdad?

2 comentarios sobre “Círculos de costura en Hollywood”

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.